Señoritas al borde
de la trampa
En una plática amena entre dos estudiantes de nutrición de la Universidad del Estado de México (UAEM), se presentó un hecho lamentable de delincuencia e inseguridad contra estas dos estudiantes y una testigo , quienes al parecer cayeron en una trampa de la delincuencia que se vive a plena luz del día.
Alrededor de las 14 horas, dos estudiantes de dicho plantel se dirigían hacia el centro de la ciudad de Toluca con destino a la casa de las mismas, una de ellas a quien llamaremos Josefina, por su seguridad, comentó que al punto de tomar su transporte en la esquina de Juárez y Gómez Farías observó con detenimiento que un sujeto sospechoso con características físicas de cabello corto , complexión robusta , de tés morena y camiseta obscura iba cruzando la calle de Gómez Farías y Benito Juárez .
Dicho sujeto hablaba por teléfono , cuando de repente Josefina observó que de dicho sujeto cayó un sobre sellado de color brillante de su pantalón , a lo cual la acompañante de josefina a quien llamaremos Ilse, le preguntó a dicho sujeto si el paquete era suyo, y al alcanzarlo , dicho sujeto argumentó que a él no se le había caído nada; acto seguido fue que un señor al momento de esta acción levanta dicho sobre sellado , y Josefina lo alcanza a ver que recogía el sobre, aunque se miraba sospechoso porque de igual manera iba hablando por teléfono.
Es ahí cuando la trama del asunto comenzó a tomar forma, puesto que el sujeto que levantó el sobre, según recuerda Josefina, era alto, delgado, moreno , canoso y de ojo grande; que al momento de levantar el sobre , le dijo a otra mujer que también se encontraba en el mismo lugar, que compartieran el sobre, entonces decidió abrirlo y encontró una cadena de oro de 14 kilates que según Ilse al acercarse a estas dos personas, el hombre les propuso repartir la cadena de oro entre los cuatro , quienes según él únicamente se habían percatado del descuido del otro sujeto, entonces ellas comenzaron a negociar y pensaron el llegar a un acuerdo rápido y sin compromisos.
La tercera mujer, quien no venía con Josefina e Ilse, a quien llamaremos Melisa, provenía de Malinalco, y portaba una cadenita de oro, y un anillo de oro grande de flor; a lo cual el sujeto con un tono muy autoritario , les exigió que le dieran algún objeto de valor para que quedaran por igual , a lo que Melisa decidió darle sus objetos de oro, y el sujeto, no convencido comenzaba a negociar, porque quería el celular de Ilse, a lo cual esta se negó ; por último dicho sujeto decidió ir por dinero para quedar a cuentas con la cadena, y las dejó en el mismo lugar que se había suscitado dicho evento.
Después de veinte minutos aproximadamente las tres mueres comenzaron a desconfiar pues el sujeto no regresaba con el dinero ni mucho menos las pertenencias de Melisa, quien no portaba más dinero para regresarse a Malinalco; acto seguido decidieron llamar a sus familiares, pues según Ilse y Josefina, empezaron a desconfiar, “pasó por mi mente que el tipo iba a regresar con otros más y que todo era una trampa para quitarnos dinero e incluso raptarnos”.
Como observaron el tiempo transcurrido, las tres mujeres llamaron a sus familiares para avisar del suceso, y los papas de Josefina e Ilse acudieron al sitio para vigilar que fue lo que pasaba y si se trataba de una trampa, pues según Ilse argumentó que prefirieron llamar a sus familiares porque la situación se había convertido en tensa, y no podían esperar más tiempo, rápidamente checaron si la cadena era de oro, en una tienda de oro, y resultó ser que era chapa de oro.
Sin más obstáculos que les permitiera, Ilse y Josefina se dirigieron a su lugar de residencia y Melisa se quedó la cadena que resultó ser de chapa, pues las joyas que se llevó el sujeto que las obligaba a repartir la cadena, se había llevado sus pertenencias.
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